miércoles, 5 de diciembre de 2007

Pensando en mí


Cuando todo el mundo me decía que debía esperar para tener un hijo pensaba en cuanta razón llevaban aquellas palabras. Hoy, con 24 años y ya mama, no me arrepiento de nada. Sé lo difícil que es criar un hijo. Hay muchos gastos, requiere mucho tiempo, energía, esfuerzo y, sobre todo, responsabilidad. Todo lo que hagas después de su llegada tiene consecuencias. Pero es tanto lo que te reporta..., estando a su lado siento que podría estar así el resto de mi vida, mirándola.
Todos los padres quieren que sus hijos tengan la vida más que resuelta, que estudien, que sepan "andar" por la vida, que consigan un buen trabajo, una casa, y después de todo eso, que no es poco, que formen una familia. En mi caso, la familia, fue prioritaria. No puedo esperar a hacer algo sin saber si lo voy a conseguir porque podría perder muchos años de mi vida, y tal y como están las cosas, el tiempo es un bien limitado. Si logro aprobar las oposiciones quizá pueda trabajar como interina algunos años y en repetidas presentaciones conseguir la plaza; ¿Cuántos años puede llevarme eso?, creo que demasiados para aplazar mi vida. Pienso en ir tirando, en que a mi familia no le falte de nada, sobre todo salud, y que tenga la oportunidad de intentar lo que quiero, y no es conformismo, es mi realidad, de la que no debo alejarme nunca.
Pensar en el futuro es ser prudente, pensar en el presente es estar vivo.
Aristóteles creía que la virtud se hallaba en el punto medio, que los extremos no son buenos para el alma, y sí, el alma debe estar satisfecha, tranquila y sosegada para poder ser feliz.

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